En GERIATEL las personas mayores son nuestra dedicación diaria
ContáctenosCuando estamos nerviosos podemos observar que nuestra respiración se va haciendo progresivamente agitada y tensa. Es algo que a pocos se le escapa y a lo que los expertos llaman respiración superficial.
Está comprobado que la respiración superficial se produce cuando una situación nos comienza a poner nerviosos y se produce una sensibilidad que provoca que nuestra respiración se comience a situar en la zona superior de los pulmones. Por esa razón entra menos aire fresco y se produce un aumento del anhídrido carbónico en la sangre. En consecuencia, llega menos oxígeno al cerebro y aumenta la sensación de tensión y ansiedad.
Los terapeutas proponen unos sencillos ejercicios para controlar estas situaciones y recuperar la serenidad. La técnica es sencilla y se aprende en pocos minutos independientemente de nuestro estado físico, por lo que la pueden realizar personas de todas las edades.
Comenzar la experiencia tumbados boca arriba nos ayudará a comprenderla. Hay que realizarlo tranquilo, extendiendo los brazos a lo largo del cuerpo y relajando el abdomen. Concentrado en la respiración inspiremos profundamente por la nariz y veremos como la zona inferior del abdomen se va levantando al llenarse de aire los pulmones. Retengamos el aire un momento y a continuación exhalemos por la boca; sentiremos que baja nuestro abdomen. Hay que repetir el ejercicio varias veces, de forma continua. Según la respiración se va haciendo más automática sentiremos cómo se va calmando la tensión. Cuando tengamos controlado este ejercicio lo podemos hacer de pie.
En situaciones de emergencia se puede buscar un lugar tranquilo donde concentrarnos sin que nos molesten. Despejando nuestra mente realizaremos estos ejercicios tranquilamente y sin permitir que la situación nos domine.