En GERIATEL las personas mayores son nuestra dedicación diaria
Siempre hemos de tener presentes los golpes de calor e insolaciones en los más mayores, sobre todo durante la época estival. Para evitar algún que otro susto, aprovechando el incremento térmico como contexto perfecto, un clima que puede afectar muy negativamente a los ancianos, vamos a resoltar la importancia de la hidratación en los mayores.
Un aspecto a tener en cuenta es que las personas mayores necesitan beber aunque no tengan sed. Deben hacerlo durante todo el día, entre dos y tres litros de agua cada jornada. Es la mejor forma de evitar la deshidratación. En los casos de extremo calor, la cantidad debe incrementarse en 250 mililitros.
La desestabilización del balance hídrico (relación entre los líquidos que entran y los que salen del cuerpo) puede provocar deshidratación y golpes de calor. Las personas mayores son más sensibles al calor como consecuencia de diferentes causas fisiológicas derivadas de la edad. Alguno de los factores que pueden provocar este desequilibrio son la dificultad de movimiento, que da lugar a sedentarismo y obesidad; la existencia de enfermedades crónicas, que dificultan la sudoración; y el consumo de algunos fármacos.
No consumir la cantidad de agua recomendada puede derivar no solo en una deshidratación, sino también en agotamiento, leves episodios de mareos, fiebre, confusión, etc.
La mejor forma de que nuestros mayores se mantengan hidratados es establecer nuevas pautas en su rutina diaria, para que combatan las altas temperaturas sin dificultades. Hay que establecer horarios en función de las horas de calor, evitando así estar en la calle en los horarios en los que el mercurio está más alto. La dieta también debe ser adaptada e incluir alimentos ricos en líquidos que eviten la deshidratación como verduras y hortalizas en forma de cremas y gazpachos que facilitarán su ingesta.