14th noviembre, 2017 Geriatel
¿Sabías que la diabetes es una de las enfermedades metabólicas más frecuentes? Hasta el punto de que casi la mitad de la población mayor de 65 años la sufre y cada vez más se da también personas jóvenes.
Hoy, desde residencias tercera edad en Madrid, Geriatel y con motivo del Día Mundial de la Diabetes queremos que sepáis cómo saber si tienes diabetes.
La diabetes es un trastorno del metabolismo que impide la regulación de la cantidad de glucosa en sangre. Esto puede deberse a que nuestro páncreas no produce suficiente insulina, o sencillamente a que la producida no funciona correctamente.
A continuación os detallamos los síntomas más representativos de esta enfermedad que no duele, que tarda en dar la cara pero que cuando se manifiesta te puede complicar la vida.
- Continuas ganas de orinar. Es uno de los primeros síntomas, cuando existe un aumento de la frecuencia con la que orinamos debido a una presencia excesiva de glucosa en nuestra sangre. La orina puede desarrollar un olor especial.
- Sed permanente. Es otro de los primeros síntomas, cuando tenemos ganas de beber agua en todo momento y no se calma esa sensación. Esto es culpa del exceso de glucosa en sangre. Es evidente que si aumentamos la frecuencia con la que orinamos, necesitaremos beber más agua para compensar la pérdida y mantenernos hidratados.
- Fatiga. Otro síntoma que, cuando sabes que tienes entiendes a la perfección, pero que en un primer momento te puede confundir. Esto es debido porque la ausencia de insulina impide llevar la glucosa al músculo. Y el músculo quema azúcar para funcionar.
- Pérdida de peso. Una pérdida rápida y considerable de peso es uno de los síntomas más clásicos de la diabetes de tipo 1 ¿A qué se suele deber? En estos casos nuestro organismo deja de producir insulina, de forma que nuestro cuerpo debe buscar alternativas como fuente de energía.
- Nubes en los ojos. La demanda de agua en los riñones provocará que el agua que necesite salga de otros tejidos, y uno de ellos es el cristalino. Cuando se pierde agua, se acaba resistiendo y la visión con nubes en los ojos será el indicador que le avise.
- Heridas que tardan en curar. La presencia de mucho azúcar en el torrente sanguineo retrasa de manera notable la cicatrización. La razón se desconoce a ciencia cierta, aunque la teoría más extendida es que ese exceso de azúcar interfiere en los procesos de curación y, una sangre muy dulce, es un buen caldo de cultivo para las bacterias.
- Piernas dormidas, hormigueo, agarrotamiento de las extremidades. Mucho azúcar en sangre adormece las terminaciones nerviosas, y donde primero se percibe es en las extremidades inferiores. La causa estriba en que en los pies tiende a concentrarse la sangre, ya que llega muy deprisa, pero luego tiene más dificultades para salir de allí.