Cuidado con la ola de calor

14th junio, 2018 Geriatel

Cuando el calor llega a nuestro país, ¡lo hace para quedarse! Una vez que se instala la primera ola de calor del verano, el Plan Nacional de Acciones Preventivas contra los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud tiene como objetivo prevenir y reducir los efectos negativos del calor en la salud. Este plan recomienda prestar especial atención a los grupos más vulnerables durante la ola de calor: niños, personas mayores y enfermos, así como aquellos que trabajan o realizan esfuerzos al aire libre.

Recomendaciones básicas para cuidarse ante una ola de calor

Mantén una adecuada hidratación

Es fundamental beber agua o líquidos con frecuencia, incluso si no sientes sed y sin importar la actividad física que estés realizando. La deshidratación puede ocurrir rápidamente en condiciones de calor extremo, por lo que es crucial mantener el cuerpo hidratado. Además del agua, puedes consumir bebidas isotónicas que ayudan a reponer los electrolitos perdidos a través del sudor.

Evita ciertas bebidas

No abuses de las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que estas pueden aumentar la pérdida de líquidos corporales. La cafeína y el alcohol tienen efectos diuréticos, lo que significa que incrementan la producción de orina y, por tanto, la pérdida de líquidos. Opta por bebidas naturales como infusiones frías, agua de coco, o jugos de frutas naturales sin azúcar añadida.

Busca lugares frescos

Pasa el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o con aire acondicionado. Si no dispones de aire acondicionado en casa, pasa tiempo en lugares públicos climatizados como centros comerciales, bibliotecas o cines. Además, refresca tu cuerpo con duchas frecuentes o utilizando paños húmedos. En casa, puedes usar ventiladores y mantener las cortinas cerradas durante las horas de mayor insolación para reducir la temperatura interior.

Modera la actividad física

Es importante reducir la actividad física durante las horas más calurosas del día, generalmente entre las 12.00 y las 17.00. Evita practicar deportes o realizar esfuerzos intensos al aire libre en estos momentos para prevenir golpes de calor. Si necesitas ejercitarte, hazlo en las primeras horas de la mañana o al atardecer cuando las temperaturas son más bajas.

Usa ropa adecuada

Elige ropa ligera, suelta y de colores claros que facilite la transpiración. Los tejidos naturales como el algodón y el lino son especialmente recomendables ya que permiten que el aire circule y absorben el sudor más eficazmente que las telas sintéticas.

No dejes a nadie en vehículos estacionados

Nunca dejes a ninguna persona o animal en un vehículo estacionado y cerrado. Las temperaturas dentro de un coche pueden subir rápidamente a niveles peligrosos, incluso en días que no parecen extremadamente calurosos. Esta recomendación es crucial para prevenir incidentes fatales.

Consulta a un médico si es necesario

Si experimentas síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas, como mareos, náuseas, dolor de cabeza intenso o confusión, consulta a tu médico de inmediato. Estos pueden ser signos de un golpe de calor o deshidratación severa.

Conserva tus medicinas adecuadamente

Mantén tus medicinas en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y eficacia. Almacénalas en un área protegida del sol y, si es necesario, consulta a tu farmacéutico sobre las condiciones óptimas de conservación durante los meses de calor.

Alimentación adecuada

Haz comidas ligeras que ayuden a reponer las sales y minerales perdidos por el sudor. Opta por ensaladas, frutas, verduras y zumos naturales. Estos alimentos no solo aportan nutrientes esenciales sino que también contribuyen a mantener la hidratación. Evita comidas pesadas y muy calientes que pueden aumentar la sensación de calor y malestar.

Siguiendo estas recomendaciones, puedes minimizar los riesgos asociados con las altas temperaturas y mantenerte saludable durante las olas de calor.

Niveles de riesgo de ola de calor

El nivel de riesgo se determina considerando las temperaturas máximas y mínimas previstas para los próximos cinco días, así como la duración de estas temperaturas extremas. Los niveles de riesgo se clasifican de la siguiente manera:

Nivel 0 (Verde): Ausencia de Riesgo

Este nivel se asigna cuando se prevé que en ninguno de los cinco días consecutivos se superarán las temperaturas umbrales definidas. En este escenario, no se espera que las temperaturas extremas afecten la salud de la población.

Nivel 1 (Amarillo): Bajo Riesgo

El nivel amarillo se establece cuando se espera que las temperaturas umbrales sean superadas en uno o dos de los próximos cinco días. Aunque el riesgo es bajo, es aconsejable que las personas empiecen a tomar medidas preventivas básicas, especialmente las más vulnerables.

Nivel 2 (Naranja): Riesgo Medio

Este nivel se activa cuando se prevé que las temperaturas umbrales serán superadas en tres o cuatro de los próximos cinco días. En este caso, las autoridades sanitarias recomiendan incrementar las precauciones, ya que la exposición a temperaturas elevadas durante varios días consecutivos puede aumentar significativamente los riesgos para la salud.

Nivel 3 (Rojo): Alto Riesgo

El nivel rojo, o de alto riesgo, se activa cuando se espera que las temperaturas umbrales sean superadas en cada uno de los cinco días siguientes. Este es el nivel más alto de alerta y requiere acciones inmediatas y exhaustivas para proteger a la población, especialmente a los grupos más vulnerables.

Grupos Vulnerables

Aunque cualquier persona puede sufrir problemas relacionados con el calor, es crucial prestar especial atención a ciertos grupos que son más susceptibles a los efectos adversos de las altas temperaturas:

  1. Bebés y Niños Pequeños: Su capacidad para regular la temperatura corporal no está completamente desarrollada, lo que los hace más propensos a la deshidratación y a sufrir golpes de calor.
  2. Personas Mayores: A medida que envejecemos, la capacidad de nuestro cuerpo para manejar el estrés térmico disminuye. Además, los mayores pueden tener enfermedades crónicas que se agravan con el calor.
  3. Personas con Enfermedades Crónicas: Aquellos con patologías cardíacas, respiratorias o diabetes, entre otras, pueden experimentar un agravamiento de sus condiciones debido a la deshidratación y al esfuerzo adicional que el calor pone en el cuerpo.
  4. Trabajadores al Aire Libre y Personas que Realizan Actividad Física Intensa: La exposición prolongada al sol y el esfuerzo físico aumentan el riesgo de golpe de calor y deshidratación.

Medidas Preventivas

Para todos los niveles de riesgo, pero especialmente para los niveles 2 y 3, es fundamental adoptar medidas preventivas como:

  • Mantenerse hidratado bebiendo agua frecuentemente, incluso si no se siente sed.
  • Permanecer en lugares frescos, con sombra o climatizados.
  • Evitar actividades físicas intensas durante las horas de mayor calor, típicamente entre las 12:00 y las 17:00 horas.
  • Usar ropa ligera y de colores claros que facilite la transpiración.
  • No dejar a personas o animales en vehículos estacionados bajo el sol.
  • Consultar a un médico ante cualquier síntoma relacionado con el calor que persista más de una hora.

Siguiendo estas recomendaciones, se pueden minimizar los riesgos asociados con las olas de calor y proteger la salud de toda la población.