Cómo afecta el frío en las personas mayores

23rd noviembre, 2016 Geriatel
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En el envejecimiento el organismo altera al metabolismo basal, y como consecuencia, al sistema de termorregulación que tenemos en el cuerpo y la capacidad que tenemos para percibir la temperatura ambiente. Por tanto, a los mayores les afecta más el frío, ya que tienen mayor dificultad de adaptación, tanto al frío en invierno como al calor en verano.

En ocasiones les cuesta establecer con claridad entre el frío, el fresco o temperaturas suaves. Es común que las personas mayores tengan sensación de frío cuando hay una temperatura agradable.

Debemos destacar uno de los cambios propios del envejecimiento como es el adelgazamiento de la piel. Uno de los factores más visibles en esta edad. En este sentido, este factor provoca que la piel sea más propensa a secarse, lo que conlleva una pérdida de la función de los receptores cutáneos de la temperatura, sobre todo del ambiente.

Por tanto, a las personas mayores les será más difícil percibir y afrontar los cambios bruscos de temperatura. De ahí, la importancia de vigilar con precaución la temperatura de las casas o residencias donde viven.

Los expertos señalan que, a medida que disminuye la temperatura ambiental aumenta el riesgo de enfermedades.

Cuando las temperaturas son bajas, el organismo reacciona perdiendo calor; y esto causa una contracción de los vasos sanguíneos que irrigan la piel para tratar de mantener la temperatura corporal. Esto provoca que el corazón bombee más sangre por minuto, produciendo un aumento de la presión arterial (hipertensión), en el que aumenta el riesgo de padecer un accidente cardiovascular.

La artrosis es otra de las patologías que empeora con el frío, sobre todo con los cambios bruscos de temperatura.

Por otro lado, debemos tener en cuenta otras enfermedades como el Parkinson, que afectan al movimiento y puede ser un serio problema a la hora de que los mayores se abriguen adecuadamente. Así mismo, existen otras patologías como a diabetes o el hipotiroidismo que favorecen el hecho de que la persona tenga frío.

Todas estas circunstancias pueden aumentar la sensación de frío en las personas mayores y hacer que su cuerpo se enfríe hasta el punto de llegar a formas leves de hipotermia sin necesidad de estar al aire libre.

Los síntomas más frecuentes son la somnolencia, respiración superficial, confusión, pulso débil, rigidez en las extremidades y dificultad para moverse.

En Residencias Geriatel, al igual que los profesionales médicos, recomendamos que, ante cualquier situación de gravedad descrita anteriormente provocada por el frío,  se avise a los médicos, ya que esa persona necesita atención inmediata que de no tratarse, podría agravar la situación y causar, en algunas ocasiones, la muerte.